EL DÓLAR CARO
En Colombia habrá ganadores y perdedores ante un dólar tan caro. Los exportadores serán los grandes beneficiados, no es el caso de los importadores. Preocupa el efecto sobre la inflación.

Sorprendió a los colombianos el aumento súbito en el precio del dólar el miércoles pasado, que llevó a que en un momento del día esa divisa alcanzara una cotización de 3.218 pesos, la más alta desde 2016, aunque posteriormente descendió para cerrar en 3.166 pesos. El día de ayer continuó la tendencia alcista, aunque con menor ímpetu. Al final de la jornada la divisa ganó $17,31 frente a la Tasa Representativa del Mercado que para ayer era $3.149,7, con un precio promedio de $3.167,01.
Son varias las razones de ese comportamiento del precio del dólar frente al peso. Hay que recordar que el dólar se ha fortalecido internacionalmente desde hace un tiempo, esa es la tendencia que define el comportamiento de la economía global en esta coyuntura. Los efectos que esto trae sobre cada economía dependen de sus características particulares y de la forma como la perciben los mercados
El dólar está fuerte porque estamos viviendo la segunda parte de la llamada “normalización” de la política monetaria de la FED. Con la “normalización” se busca desmontar, ante la realidad de la recuperación, los instrumentos no convencionales que se utilizaron para paliar la crisis financiera de 2008-9. Este nuevo escenario comprende un aumento de la tasa de interés de política para evitar el recalentamiento de la economía, sobre todo cuando está cerca del pleno empleo. En esas condiciones, cuando sube la tasa de interés en Estados Unidos, pero no en el resto del mundo, el dólar se fortalece.
Los capitales, en esas condiciones, no tienen muchos incentivos para ir a los mercados emergentes y han demostrado su preferencia por retornar a los mercados desarrollados que continúan creciendo bien, aunque con algunos nubarrones en el horizonte. Por esa razón, hay nerviosismo en la economía global. Aparecen a cada momento advertencias acerca de la inminencia de una recesión, como la que hizo The Economist (13-10-2018). En efecto, la economía china está desacelerando como consecuencia de la guerra comercial. De otro lado, los países emergentes, algunos desarrollados y las grandes firmas multinacionales que se endeudaron en el auge de liquidez que precedió a la etapa de “normalización”, hoy ven difícil honrar sus deudas ante el fortalecimiento del dólar. Así las cosas, la incertidumbre hace que cualquier movimiento abrupto de corrección de las bolsas traiga consigo, paradójicamente, un apetito por el dólar que termina agravando las cosas.
La aceleración de la devaluación del peso colombiano observada desde mitad de la semana responde a una de esas correcciones que afectaron a todos los mercados bursátiles en el mundo. En todo caso, en términos relativos, la devaluación en Colombia (5,6 %) registrada desde principios de año no resulta tan alta frente a lo observado en algunos países de América Latina. A pesar del entorno complicado, los países con petróleo, como Colombia, han podido evitar una devaluación aún más fuerte porque se han visto favorecidos por la remontada del precio del petróleo.
En Colombia, habrá ganadores y perdedores ante un dólar tan caro. Los exportadores serán los grandes beneficiados, no será el caso para los importadores que deben adquirir un producto más costoso, ni para los consumidores que compran bienes importados. Preocupa el efecto sobre la inflación, por la vía de los importados, y sobre los balances de los agentes económicos que tengan deuda en dólares y no se cubrieron frente al riesgo cambiario.
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