CÓMO SACAR A MADURO


CÓMO SACAR A MADURO





El continente ya debate de frente qué hacer con la dictadura venezolana. Qué tipo de intervención se podría hacer. Hasta se acudió a la CPI. Colombia debe tener clara su capacidad de defensa militar.



Terminaron las sesiones anuales de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, y en el primer renglón de asuntos geopolíticos de enorme preocupación para los líderes mundiales está la degradación del régimen dictatorial de Venezuela y las posibles salidas a una crisis económica, política y social sin precedentes en ese país, que irriga consecuencias negativas para el continente.

Si algo tienen claro los gobernantes americanos es que Nicolás Maduro y su camarilla no van a abandonar el poder voluntariamente. Para ellos mantenerse en el mando es un asunto de todo o nada. A tal punto es su implicación en todo tipo de desafueros, incluyendo sus redes criminales de desfalco continuado y de narcotráfico, que la única forma de asegurarse inmunidad es el control férreo de todos los resortes del poder y el control de las fuerzas armadas.

Ya se menciona la intervención militar extranjera. Si bien los presidentes latinoamericanos la rechazan, de ella habló el único presidente que puede llevarla a cabo, Donald Trump, de Estados Unidos. También hizo un explícito llamado al golpe militar, como desde Colombia la ha hecho el expresidente Álvaro Uribe, al decirles a los soldados venezolanos que “dirijan sus armas hacia el Palacio de Miraflores para que desalojen la dictadura”.

Un golpe militar podría sacar del poder a la actual dirigencia chavista pero no asegura el tránsito breve y pacífico a la recuperación del sistema democrático, máxime cuando la cúpula de las fuerzas armadas está completamente infiltrada por la corrupción y los tentáculos del narcotráfico.

La intervención humanitaria, por su parte, no será posible en tanto la dictadura no autorice que se abran vías de ayuda y asistencia, pues el chavismo niega que haya crisis humanitaria.

Todos saben que Cuba es actor clave a la hora de sondear una posible transición, incluso con negociación de inmunidad para la cúpula chavista, aunque esa vía no se facilite en el corto plazo, más aun cuando el actual gobierno de Estados Unidos ha revocado varias de las medidas de acercamiento formalizadas por Barack Obama y Raúl Castro. Y aunque Trump puede cambiar de rumbo según pasan los meses, como hizo con el régimen de Corea del Norte. Hay que tener en cuenta también que para Cuba y su régimen es conveniente el actual estado de cosas, en tanto Maduro y su Gobierno les aseguran todavía ingresos y recursos a los cuales no pueden renunciar.

En todo este complejo panorama hay que ubicar lo que se juega Colombia. Ayer mismo, dijo el presidente Iván Duque que la crisis migratoria puede costarle a Colombia 0,5 por ciento de su PIB. Y está, también, un tema que aunque se debatió en el Congreso muchos prefieren soslayar: la situación de relativa vulnerabilidad en la que estaría nuestro país frente al equipamiento militar ofensivo de Venezuela, principalmente en aviación, ante la cual Colombia no tiene defensas.

Sectores políticos dicen que es alarmista e innecesario ventilar el tema de una posible confrontación militar entre ambos países. Si bien no se pueden hacer elucubraciones ni generar zozobra, el Gobierno y el Congreso sí que tienen que tener claro el panorama, pues estamos ante un vecino con un régimen hostil, antidemocrático, poco racional y dispuesto a cualquier cosa en su enloquecida carrera por mantenerse en el poder.

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