La jabalina los llevó a superar sus límites
“El miedo y todas las limitaciones no existen, uno debe arriesgarse por sus sueños y es ahí cuando verá lo grande que sé es”.
Esa frase se le escuchó a Mauricio Valencia, sentado en una silla de ruedas y con unos brazos que parecen de gigante, cuando hablaba del trabajo para ser el mejor del mundo en lo que hacía: el lanzamiento de jabalina.
Ayer, con un grito que se escuchó en todo el estadio olímpico de Río, evidenció lo poderoso que se puede ser cuando la mentalidad es más fuerte que el mismo cuerpo.
El atleta que nació hace 28 años con diplejía, discapacidad que afecta los movimientos de sus dos piernas, volvió a demostrar que en la vida, por muy difícil que parezca, los sueños se pueden cumplir.
Ya había celebrado en los Paralímpicos de Río al ganar el domingo medalla de bronce en la impulsión de bala, pero ayer su festejo fue mayor, al conquistar la presea de oro en la jabalina, clase F34.
Con un registro de 36 metros y 65 centímetros, el deportista que nació en Villavicencio pero que se formó deportivamente en el Valle, selló su mayor triunfo. La plata fue para el chino Yanzhang Wang -34,15- y el bronce para el iraní Mohsen Kaedi -33,42-.
Lucumí, con plata
Estando muy pequeño, a Luis Fernando Lucumí le descubrieron una leve parálisis cerebral que, sin embargo, no le impidió practicar lo que de chico siempre lo desveló: el deporte.
Vivió su niñez en las calles de su natal Villa Rica (Cauca), donde aprendió lo que era el ejercicio atlético y el amor por la competencia.
Como reseña el diario El Nuevo Liberal, sería Usain Bolt quien cambiaría su vida. Verlo triunfar en Londres lo animó a probar en el atletismo y a tratar de imitarlo. Ganó algunas carreras entre jóvenes y novatos, pero fue descubierto por una médica de la Federación Colombiana de Parálisis Cerebral que lo animó a participar en deportes paralímpicos.
Así, el joven de 18 años empezó a edificar su camino hacia los Juegos, participando en la categoría T38 (para parálisis cerebral leve).
Previa presencia en Río, intervino en pruebas de velocidad y lanzamiento de jabalina, registrando en esta última su mejor figuración. Realizó marcas tipo A (44,98 metros) en tres torneos y fue declarado apto para Río.
Ayer, en su primera prueba paralímpica se consagró al lanzar el implemento a 49,19 metros y acreditarse la medalla de plata, logrando, además, el récord de América. Solo fue superado por el surafricano Reinhartd Hamman (50,96 m).
FUENTE: EL COLOMBIANO.
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