Peligro al volante: así operaba red que vendía licencias de conducción
Foto: Archivo EL TIEMPO.
Supertransporte detectó la la expedición irregular de 3.940 certificados de aptitud física y mental.
Tres tarifas: 300.000, 600.000 y 800.000 pesos. Ese era el valor que personas con alguna limitación física o que no lograban cumplir con los requisitos para obtener una licencia de conducción, pagaban a redes dedicadas a tramitar ilegalmente ese documento.
En una operación en ocho departamentos la Policía capturó a 40 personas señaladas de pertenecer a nueve organizaciones ilegales que se habían especializado en tramitar dichas licencias.
El Sistema de Control y Vigilancia de la Superintendencia de Puertos y Transporte (Sicov) dice que en el proceso se detectó la expedición irregular de 3.940 certificados de aptitud física, mental y de coordinación motriz para conducir, los cuales sirvieron de requisito para la obtención o renovación de licencias de conducción en diferentes organismos de tránsito del país ubicados en Bogotá, Atlántico, Norte de Santander, Caldas, Nariño y Tolima.
De acuerdo con la Dirección de Tránsito y Transporte, el 'modus operandi' de las redes era ubicar personas en la salida de las escuelas de conducción para buscar clientes. Uno de ellos, de acuerdo con el expediente, fue un adulto mayor con alzheimer, y otro con una limitación visual.
La tarifa más económica incluía favorecer a las personas en las pruebas y exámenes en las que no lograban el puntaje mínimo para la licencia.
Los que pagaban la ‘tarifa media’ era porque la persona asistía a los exámenes, daba sus huellas dactilares y después era suplantada por otra que sí superaba las pruebas médicas.
Los que pagaban 800.000 pesos no debían presentar ningún examen médico ni prueba teórico-práctica en las escuelas de enseñanza. Además, sus huellas eran trasplantadas en el sistema Runt.
“El 75 por ciento de estos certificados fraudulentos fueron expedidos con el fin de solicitar licencias de conducción para vehículos de servicio público, mientras el 25 por ciento restante se tramitaron para servicio particular”, indicó la Superintendencia de Transporte.
Cada uno de estos usuarios, sin importar la modalidad escogida, debía correr con los gastos formales que tiene la expedición de la licencia, señaló la Policía.
Investigadores señalaron que una vez tenían a los clientes, la red se contactaba con funcionarios. Esto, para que insertaran los datos de las personas en el Runt, a través de un software malicioso.
De ahí, los suplantadores prestaban sus huellas digitales para los procedimientos y los ‘médicos’ certificaban las condiciones médicas de las personas sin siquiera examinarlas.
Finalmente, según mencionó la Policía, otros daban su firma para avalar la certificación y así los ‘jefes’ podrían expedir las licencias.
“En varios Centros de Reconocimiento de Conductores del país se detectaron irregularidades tales como cargar al Registro Único Nacional de Tránsito (Runt) certificados sin validación del Sicov o certificados previamente rechazados por el Sistema, suplantar a especialistas médicos para validar los exámenes, transmitir información al Runt desde sitios no autorizados o usar software malicioso para vulnerar el Sicov”, señaló la Superintendencia de Transporte.
Cifras de la Policía dan cuenta de que en lo corrido de este año han ocurrido 508 accidentes, cuya causa probada fue la impericia en la conducción.
La Superintendencia de Transporte adelanta más de 170 investigaciones en contra de centros de reconocimiento de conductores por irregularidades. De hecho, indicó que en las próximas semanas se conocerán las primeras sanciones. (Lea también: Seis de cada diez Centros de Diagnóstico Vehicular tienen anomalías)
Fuente: ELTIEMPO.COM
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