Qué piensa ella de ti según el tipo de fragancia que te regale

Tom Ford Fragrance GQ

En los últimos años han proliferado ciertas compañías que basan su modelo de negocio en comercializar, con mayor o menor descaro, malas copias de fragancias de éxito. No las nombraremos aquí, pero si tu novia te regala una de esas pobres imitaciones deberías dejarla. Hay motivos de sobra para tomar una determinación tan tajante. En primer lugar, como buen hombre GQ que eres, te suponemos sensibilizado contra el negocio de las falsificaciones y sus derivados. También imaginamos sensible tu nariz y la de los que te rodean, y créenos: por más que te aseguren que un producto y el otro son lo mismo, no tienen nada que ver; ni en cuanto a las moléculas del jugo, ni en cuanto a la evolución de la pirámide olfativa, ni en cuanto a su persistencia –en ocasiones contienen, incluso, ingredientes nocivos–. Pero, por encima de todo, si por algo deberías plantearte dejar a tu novia es porque te lo está pidiendo a gritos. Está claro que es una de esas personas con aversión al conflicto y que, en vez de darte una patada y adiós muy buenas, está provocándote para que lo hagas tú. Visto lo visto, el mejor regalo que podéis haceros estas Navidades es poner fin a vuestra relación.

DE GRAN CONSUMO 
Bombardeados como hemos estado durante décadas con esa idea loca de que lo importante es el detalle, queda bastante ruin afearle a tu pareja su cicatería con los regalos. Pero todas las marcas coinciden en que facturan más en el día de la Madre que en el del Padre, y eso solo se acabará el día que protestemos (sí, en este mismo instante está muriendo un gatito en el cielo del feminismo). Si queremos igualdad, debemos exigirla también en el neceser (ahí va otro). ¿O acaso no te has preguntado nunca por qué tu ropa interior siempre es de oferta y la de ella de La Perla? (Y otro más). Pero no llevemos la pelea al sucio barrizal del dinero. Al final, no es solo una simple cuestión monetaria. Es… el detalle. Porque ni tenemos 15 años ni nos apetece oler como un jovencito incapaz de diferenciar entre una resina de sándalo y un chicle de menta. Igual que ya no bebemos whisky de garrafón ni llevamos a nuestras citas a un restaurante de comida rápida, apreciamos que nuestro perfume transmita la complejidad de nuestra personalidad. Cuando te regalan una de esas fragancias que se colocan en la cabecera de góndola de un supermercado, te están mandando un mensaje muy claro: tus gustos me importan un bledo. Gracias… por nada.

DE MARCA PREMIUM 
Este segmento es siempre una buena opción para quien desea quedar bien sin sobreactuar. La oferta es amplia y de calidad, hay muchas marcas reconocibles con una propuesta de estilo de vida muy definida y su precio es asumible dentro del epígrafe de un capricho. Ni que decir tiene también que las fragancias son la vía óptima para penetrar en el mundo sensorial de aquellas casas de costura prohibitivas para el común de los mortales; y que, en consecuencia, su carácter aspiracional es parte de su encanto. Por todo lo anterior, si tu chica te envuelve en papel de regalo un pedacito de ese universo de glamour y elegancia, está reconociéndote como un hombre con el estilo y la educación suficientes como para saber apreciar lo bueno. Sin ese punto de esnobismo –o misantropía, tal vez– de aquellos que abjuran de inmediato de cualquier producto mínimamente masificado; de los que ven al demonio escondido en cualquier manifestación culturalmainstream. Una pareja que se regala perfumes premium envejece tranquila y felizmente unida. Podrá tener desencuentros olfativos, discusiones por una nota demasiado empolvada o un perfume que carga demasiado las tintas en los cítricos, pero nada que un ticket regalo no pueda solucionar.

DE LUJO 
En cuestión de regalos, una fragancia de lujo representa el último escalón antes del reloj para él o el anillo de oro y diamantes para ella. Así que, paradójicamente, si la puesta en escena es deficiente, puede acabar pareciendo un quiero y no puedo. En términos de mercado, una fragancia de lujo está a medio camino entre el perfume premium y el nicho. Del primero, toma una marca bien reconocible que transmite sus atributos al producto. Del segundo, la noción de exclusividad y una distribución muy selectiva. Siempre correremos el riesgo de que nos la regalen por elevación. Es decir, porque era la más cara del establecimiento o la firma y, más allá de que te lo merezcas todo, es casi imposible fallar cuando el cielo es el límite. No es la mejor manera de enfocar la compra. Consideramos más halagador que nuestra pareja investigue en la historia de la marca y el currículo de su nariz; que se informe acerca de los ingredientes que contiene la fragancia y confíe en que sabremos diferenciarlos de otros de peor calidad. O, puestos a pedir, que elija una elegante bergamota de Calabria para transportarnos de nuevo a aquel maravilloso crucero por el Mediterráneo; o un enigmático oud para que cada mañana amanezcamos en ese precioso Relais & Châteaux de Tailandia. ¿Lo hueles? Es el amor.

NICHO 
Consideramos fragancia nicho un perfume de vocación minoritaria y producción artesanal que refleja los gustos de su creador por encima de los del mercado. No es fácil atreverse a regalar una fragancia de este tipo. Así que o tu chica es especialmente valiente o te conoce tan bien como para descifrar el criptograma de tu personalidad y traducirlo en notas olfativas. Porque en un perfume nicho lo que importa de verdad es el jugo. Desnudo de costosas campañas de marketing y pomposos envases, este tipo de producto se lo juega todo a su rotunda presencia olfativa. Y la persona que lo regala, también. En cualquier caso, acierte o se equivoque, el hecho de que tenga la suficiente sensibilidad como para apostar por una creación casi artística ya dice mucho de ella. Y de ti también, puesto que día a día la has convencido de que serás capaz de apreciarla. Dado que las fragancias nicho suelen ser unisex, puede darse la casualidad de que os enamoréis de la misma y decidáis compartirla. Corréis el riesgo de acabar siendo una de esas parejas coñazo, de las que van juntas a todas partes, visten igual y hasta desprenden la misma firma olfativa. Pero si a vosotros os funciona, ¿quién es nadie para criticarlo?

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